¿Quién es un Cristiano?
El
tener el conocimiento doctrinal meramente no significa que una
persona sea un cristiano. Satanás tiene conocimiento de la doctrina
pero nosotros sabemos que él no es un Cristiano. El conocimiento de
la doctrina es importante pero no es la evidencia de ser un
Cristiano.
Ser
un Cristiano no se basa en sentimientos; además muchas personas
fingen sus emociones. Los sentimientos son emociones involuntarias.
La vida Cristiana consiste en obedecer a Dios voluntariamente con el
corazón. El Cristianismo es un asunto de la voluntad, no de las
emociones.
Ser
un Cristiano no consiste en Simplemente realizar tareas religiosas,
tales como ir a los servicios, leer la Biblia y orar. Obviamente los
Cristianos hacen estas cosas puesto que son importantes, pero el
simple hecho de realizar estas tareas no hace a una persona ser un
Cristiano, ni tampoco son el fundamento de la vida Cristiana. La
gente inconversa realiza actividades religiosas. Los Budistas y los
musulmanes hacen este tipo de tareas pero eso no significa que ellos
son santos, y que van camino al cielo. Los Judíos del Antiguo
Testamento eran muy estrictos en sus tareas religiosas pero Dios los
condenó (Isaías 1:10-16). Cristo también condenó a los fariseos
aunque ellos eran estrictos en practicar sus obligaciones religiosas
(Mateo 23).
Ser
un Cristiano no consiste en tener meros deseos. Simplemente desear
ser santo, ser como Cristo, vivir victoriosamente sobre la tentación
y el pecado, no hacen que una persona sea santa. Muchos son
engañados con respecto a esto, ellos intentan ser santos, intentan
vivir vidas Cristianas, y por tener tales deseos ellos piensan que
son justos y que van al cielo. Los deseos sin nada más no salvan a
nadie, ni hacen de cualquiera un Cristiano, ni hacen a alguno justo,
ni llevan a nadie al cielo. Aun las personas más malvadas en el
mundo pueden tener deseos de ser santos. Pero cuando el corazón es
egoísta y está sin arrepentirse, estos deseos no tienen valor ni
significado. El Cristianismo es FE EN CRISTO. Sin fe nada es
agradable a Dios (Hebreos 11:6). El fundamento y la base de la vida
Cristiana es fe en Jesucristo. Todo lo que hacemos debe ser basado
en amor y fe en el Señor Jesús. Nosotros debemos hacer todo para la
gloria de Dios (I Corintios 10:30, 31).
Ser
un Cristiano no es Bautizarse. Aunque el bautismo es una ordenanza,
éste no ofrece salvación. Muchos han sido bautizados como secos
pecadores, solo para salir como mojados pecadores.
Los
creyentes deben entender que nada hecho por uno mismo es agradable o
aceptable delante de Dios. El egoísmo es lo opuesto a la verdadera
fe en Cristo. Si un hombre ora, predica, enseña en la escuela
dominical, testifica a los perdidos y lee la Biblia SOLO POR RAZONES
EGOÍSTAS, ¡ESO ES PECADO Y NO AGRADA A DIOS! Nada es aceptable para
Dios a menos de que nuestros motivos sean puros. Todo lo que hagamos
debemos hacerlo con UN MOTIVO EN LA MENTE: ¡AGRADAR A DIOS! Toda la
existencia del creyente, su comer, su dormir y todos sus
pensamientos y acciones, debe estar centrada en una sola cosa:
agradar a Dios. Este es el significado de la vida Cristiana.
El
creyente debe entender que su mayor tarea como Cristiano es negarse
a sí mismo. A menos de que una persona tome su cruz y se niegue a sí
misma, realmente no estará siguiendo a Cristo. Dios el Padre
practicó la autonegación al dar a su hijo. Cristo ejerció
autonegación al sufrir por nostros. El Espíritu Santo practica la
autonegación al luchar junto con la humanidad para convertirlos del
pecado y que crean en Jesucristo. Los apóstoles practicaron la
negación al ir a los confines del mundo con el evangelio. ¿Podemos
afirmar que somos Cristianos y no practicar la autonegación?
¡Imposible!
Los
Cristianos deben entender la importancia de la santificación en su
vida Cristiana. ¿Qué es la santificación? Es tener una mente y un
corazón puros y santos, basados en la separación de todo lo que es
pecaminoso y no santo. La santificación es la consagración total a
la voluntad de Dios. Es un estado de entera obediencia a Cristo y a
la palabra de Dios. La santificación progresiva consiste en obedecer
a Dios cada día más completamente y perfectamente en la medida en
que incrementamos nuestro conocimiento de la voluntad de Dios y de
Jesucristo (II Pedro 3:18).
Los
creyentes deben entender la necesidad de la perseverancia. Ésta es
necesaria para afrontar las pruebas y dificultades. La perseverancia
no es automática, ni nace de nuestros propios esfuerzos sino por
poner nuestros ojos en Jesús, el autor y consumador de nuestra fe
(Hebreos 12:1, 2). Sólo porque una persona ha tenido una experiencia
de conversión eso no significa que ésta perseverará en la fe.
Nosotros debemos continuamente poner nuestra fe en Jesucristo,
mirarlo continuamente a Él. La Biblia enseña que solo aquellos que
perseveran hasta el final serán salvos (Mateo 24:13; Apocalipsis
2:3). El cielo es el resultado final de los que perseveran. Nosotros
no perseveramos por nuestros propios esfuerzos, sino por el poder de
Cristo en nosotros, por la presencia del Espíritu Santo.
Los
Cristianos deben entender que la vida Cristiana es una vida
espiritual. El creyente debe ser espiritual en todas las cosas, Esto
quiere decir que debe apuntarle a la santidad y a obedecer a Dios y
sus palabras al hacer su voluntad en cada parte de su vida siempre.
¡Ésta debe ser su meta! Dios sólo escucha las oraciones del hombre
espiritual, aquel que pone a Dios primero y que busca su voluntad en
todo lo que hace.
Los
Cristianos deben entender la importancia del autocontrol en sus
vidas Cristianas. El Cristiano debe practicar el dominio propio en
todas las cosas. Por el poder de la presencia del Espíritu Santo el
Cristiano debe ser capaz de controlar todos los deseos y apetitos
del cuerpo (Gálatas 5:23; II Pedro 1:6; I Corintios 9:25, 27; Tito
1:8; 2:2; Hechos 24:25). Pablo escribió acerca de personas que
profesaban ser Cristianas pero que en realidad eran enemigos de
Cristo. Ellos no tenian auto control, sino que el satisfacer la
carne era su dios (Filipenses 3:18, 19). El cuerpo del Cristiano es
el templo del Espíritu Santo y nada que pueda dañarlo debe ser
tomado. Los Cristianos deben entender la importancia de tener a
Cristo y a la Biblia como su estándar en la vida Cristiana. El
estándar es el mismo para todos los Cristianos, sean laicos o
pastores. Nosotros no debemos hacer de ningún hombre el estándar de
nuestra santidad, a menos de que ese hombre esté siguiendo
perfectamente a Cristo y a la Biblia.
Los
Cristianos deben entender la importancia de apuntarle a la
perfección moral y espiritual en sus vidas (Mateo 5:48; I Juan 2:6;
Colosenses 2:6, 7; II Corintios 7:1). La santidad nunca debe
considerarse como algo imposible; por supuesto que no es posible en
nuestras propias fuerzas. Nosotros debemos mirar a Cristo en quien
están todas las riquezas de la deidad y en quien todas las cosas son
posibles. Los Cristianos nunca deben desanimarse y tirar la toalla.
Él nunca debe estar satisfecho con una vida ordinaria de andar en
pecado y en tibieza espiritual, sino apuntarle a la perfección en
todas las cosas (I Corintios 9:24-27). ¡Busca vivir venciendo el
pecado! I Juan 2:1 dice “¡NO PEQUEN!” Nuestra meta siempre debe ser
llegar a ser como Cristo (I Pedro 2:21). Nuestro estándard debe ser
la PERFECCIÓN (Mateo 5:48).
Los
Cristianos deben entender la importancia de dejar brillar su luz. La
luz de Cristo debe ser reflejada a todas las personas con quienes
ellos entran en contacto, de lo contrario la luz se apagará (Mateo
5:14-16). El Cristiano debe entender la importancia de ganar
pecadores para Cristo. Ésta debe ser la gran meta de su vida. Muchos
Cristianos no hacen brillar su luz en el mundo y no testifican de
Cristo. Frecuentemente los pastores tampoco le enseñan a sus
congregaciones la importancia de ser testigos. ¡Es mejor estar
muerto que no hacer nada para Cristo! Muchos que afirman ser
Cristianos buscan su propia bendición pero nunca dan las bendiciones
del evangelio a otros.